PEATC Normal y Patológico.
Potencial Evocado Auditivo de LATENCIA CORTA
Se obtiene en los primeros 10 milisegundos tras la estimulación auditiva.
En los Potenciales Evocados Auditivos la terminología que se utiliza para definir una respuesta está formada por números romanos, de I a V.
- Onda I : refleja la despolarización del nervio auditivo provocada por la estimulación del órgano sensorial ( cóclea).
- Onda III: se produce en los núcleos del troncoencéfalo, a nivel de la protuberancia.
- Onda V: se produce en los núcleos del troncoencéfalo, a nivel del mesencéfalo.
- La onda II se forma a final del trayecto del nervio auditivo, antes de su entrada en el troncoencéfalo, y a nivel del núcleo del VIII par.
- La onda IV refleja la conducción troncoencefálica a nivel del lemnisco lateral. Además en los primeros 10 milisegundos se pueden encontrar ondas VI y VII. En la clínica se utilizan los valores de las ondas I, III y V.
La latencia indica el tiempo en el que que comienza la respuesta tras el estímulo auditivo. Se utilizan las latencias de las ondas I, III y V.
Ejemplo de latencias normales y patológicas (por encima de la línea límite de color verde) -hipoacusia de conducción -
Los intervalos que se valoran en la exploración neurofisiológica son el I-III (tiempo de conducción entre el nervio auditivo y los núcleos protuberanciales) y el III-V (conexiones troncoencefálicas entre núcleos de la protuberancia y del mesencéfalo).
El intervalo de conducción central global es el I-V. Por ejemplo , ante la sospecha de neuroma del acústico el intervalo I-III del oído afectado estará aumentado, encontrándose a la derecha de la línea verde en el gráfico. Debe interpretarse con cautela, ya que el valor límite es mayor en niños hasta el primer año y disminuye progresivamente con la edad, e influyen otros factores, especialmente diferentes artefactos técnicos durante la exploración.
Ejemplo de intervalos de conducción central normales y patológicos (a la derecha de la línea de color verde) –neurinoma del acústico izquierdo -
La amplitud es el tamaño de la respuesta, y se mide en microvoltios (µV).
Se tiene en cuenta las ondas I y V. Habitualmente no se utilizan los valores absolutos para el diagnóstico, ya que pueden variar ostensiblemente sin tratarse de situaciones patológicas –p.e. el tamaño o consistencia de la calota craneal, o la técnica utilizada, tanto de registro como de estimulación-. De todas formas es útil el cociente entre las amplitudes de las ondas I y V, y valorar las amplitudes en ambos oídos, relacionándolas con el umbral auditivo, así como compararlas con la amplitud media normal del rango de edad correspondiente.
Ejemplo de amplitudes normal y patológica.